
Hace algunos años me fui a Acapulco con unos amigos. El viaje estuvo bien, playa, cervezas, alberca, cervezas, un roof garden, cubas, el amanecer en el horizonte. Me levanté una mañana y todos estaban dormidos; yo necesitaba el coche para ir por un Gatorade o algo (el coche no era mio). El que lo llevaba me lo prestó.
Yo había quemado un disco para el fin de semana. En cuanto me subí al coche empezó a sonar esta canción. Manejé por la costera, vacía, a las 9 de la mañana. El sol estaba justo donde tenía que estar. No dejé de oír la rola en dos semanas.
Por cierto, son suecos.



